Fue mi primer
gran maestro en los lejanos ochenta, en el albor democrático, allá en la bella
docta. Los domingos esperaba con ansias sus columnas de la voz y por años las
tuve, como una especie de biblia, en un cajón bajo la cama en mi piecita de
estudiante. La magia de su pluma nos hizo ver en algún atardecer paseando por
la cañada a Agustín Tosco abrazado con Humphrey Bogart o a Marilyn charlando
con los pibes del barrio observatorio. En aquellos días todos los estudiantes
de la escuelita de comunicación social soñábamos con ser Salzano...
Simplemente gracias por todos los duendes que
libraste en el aire mediterráneo. Hoy me siento un tanto triste, esta semana se
fue mi primer gran ídolo. ¡Que tus geniales musas, ahora sueltas, alguna
tardecita se apiaden de mi Daniel!
https://www.youtube.com/watch?v=BDIaHZtxRb0
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