2/12/09

EL ARCHIVERO DE LA HUMANIDAD


                                                                         Leo Noboa


Walter G. Greulach

Los años de mi vida se han ido marchitando en una insoportable vigilia. No hay nada nuevo, todo se torna monótono, reiterativo. Si al principio disfruté veintiséis abriles (o como se llamasen los meses en aquel tiempo) de una existencia normal, con padres, hermanos y amigos que me apreciaban. Creo fui feliz, ya ni me acuerdo.
Mi derrotero por la tierra estuvo impregnado de más momentos malos que buenos, en una eterna espera del final del quinto milenio, de la llave que me permitiese aliviar tanto tormento. El peso de las horas me aplasta, inmisericorde, no encuentro consuelo en actividad alguna. Traspiro vejez, abatimiento e impotencia.
Anhelo el día en que me entreguen la preciada recompensa, espero sea lo que imagino.
Maldigo el puto momento en que acepté el sencillo trabajito. Nada menos que llevar un inventario de la huella humana sobre este planeta…

II
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El contacto con ELLOS fue a orillas del gran río, dos mil novecientos y pico años antes del nacimiento de Jesús.
“…Acababan de sepultar al faraón usurpador Semerjet, y Qaa, otro de la misma calaña, había asumido. Todo era caos y confusión. La lucha entre los dioses Set y Horus era terrible, aunque el divino Ra comenzaba a cobrar fuerza e imponerse a los otros dos…” Transcribo textualmente, dentro de lo posible por los lógicos problemas de traducción, lo que escribí aquel día. Por lo que parese, el faraón no me caía simpático.
“…Entrada la tarde, los cocodrilos habían vuelto al agua después de asolearse por horas. Soy Keofrenatus, un sacerdote recién iniciado en el culto al grandísimo Ra…” Aquí la historia se torna aburrida, con datos innecesarios, con el tiempo aprendería a resumir mejor.
“…Una potente luz blanca bajó del cielo, cai de rodillas implorando clemencia al Dios que fuera. Me ví atraído por una fuerza invisible que me transportó al interior de un gran disco incandescente, sin dudas debía ser el sol…”
“… Luego de varios segundos de terror y aturdimiento, descubrí que estaba en una amplia habitación, en donde todo parecía iluminado por un color azul claro. Tres dioses altísimos de largo pelo rubio y ojos redondos sin parpados, se me acercaron como flotando. No pude percibir si entre ellos estaba mi adorado Ra. Los dioses adquieren a veces formas impensadas…”
“…—Has sido escogido para una misión única, Keofrenatus. A partir de ahora, y solo si tu lo deseas, puedes negarte, documentaras a lo largo de cinco mil años el desarrollo de la especie humana —dijo el mas grande, quien parecía oficiar de jefe…”
“…El del medio tenia una figura femenina, aunque su rostro indicaba otra cosa. Se elevó unos dos metros y se puso en posición horizontal. Desde arriba me escrutó con dos ojazos negros sin pupilas y agregó: Deberás trasladarte de civilización en civilización, reportando el nacimiento y la caída de los imperios y sus grandes líderes. Almacenaras toda esa información, con el tiempo diferenciaras lo importante de lo banal y harás compendios con excelsa arte. Te insertaremos una información genética que te capacitará para ello…."

En aquel momento no entendí ni un pepino de lo que estaban hablando, solo años atrás comprendí que se trataba de extraterrestres y que me habían inoculado nanomaquinas que resetearon mi organismo. Aquella tardecita en el Alto Egipto, debieron ver mi cara de desconcierto e incomprensión, porque apelaron a una mentira para convencerme
"... —Somos Horus, Ra y Set y en reconocimiento a tu sacrificio, te brindaremos la inmortalidad y una infinita sabiduría…”
“…—Si aceptas, no podras fallarnos, no encontraras sitio en la tierra donde esconderte y el castigo será horroroso. Si aceptas, vivirás milenios Keofrenatus, conocerás el mundo entero, paladearas los vinos más exquisitos y gozaras de las mujeres más bellas. Si te niegas, nunca recordaras nada de esto —comentó el único que aun no había dicho nada, sentado sobre una especie de mesa triangular, hablaba pausadamente, deteniéndose a cada rato…” Bueno, hablar es un decir, porque anoté entonces que no tenían boca, tan solo tres pequeños agujeros como nariz.
“…—Una última cosa antes que nos des tu respuesta —dijo el que llevaba la voz de mando— Tendrás que permanecer en el anonimato, escribir la crónica desde un costado, tratando de no influir en la historia, sino tus archivos no tendrán validez…“
“…Se hizo el silencio, los dioses, ansiosos, esperaban mi respuesta. El dulce licor de la inmortalidad ya corría por mis venas (lo puse con estas exactas palabras) cuando al fin moví mis labios: —Que así sea, trato hecho —dije temblando de emoción..."
"...Los dioses se acercaron, apoyando los tres sus manos sobre mi cabeza y antes de desvanecerme, sentí un pinchazo en la nuca. Escuché entonces las palabras del lider: —Keofrenatus, quedas oficialmente designado, por cinco mil años, archivero de la humanidad, bajo las ordenes de la biblioteca galáctica ”
 
III
.
Mi testimonio es simple y lineal, no aspiro a nada más que informar sobre mi increíble historia a quien quisiera creerme.
A días de cumplirse el plazo, no tengo remotísima idea que será de mi vida luego de entregar las cerca de doscientas mil tarjetas de memoria. El digitalizar toda esta información a tiempo, me ha llevado a trabajar veinte horas por dia las dos décadas pasadas. Sin duda un laburo faraónico.
Intento ahora volcar en solo un par de hojas la crónica de mi inmortalidad, les aseguro que es arduo el desafío.
¿Cuántos nombres tuve? ¿Cuántos cielos me cubrieron? ¿Cuántas veces disfracé mi imagen o huí despavorido para evitar que descubrieran mi secreto?
En los primeros siglos me propuse no amar, no odiar, no sentir, pero siempre terminé amando, odiando, sufriendo. Hoy ya es pétrea mi piel y mis ojos son de hielo. En las pasadas centurias solo mi pluma estuvo viva, volcando hectolitros de tinta sobre incontables resmas de papel.

Supe ubicarme cerca de los principales hitos de la historia, siempre tras las sombras. Aunque a veces no pude evitar involucrarme e indirectamente, pese a que a ELLOS no les agrade, hice mis pequeños aportes al desarrollo de la civilización.
No es mi intención contarles sobre las más de doscientas personas que fui. Resultaría engorrosamente largo y los aburriría a muerte. La idea es que lean esto rápidamente, sin perder el interés y que en algún lugar de sus mentes se incube una pizca de duda y que por un instante se planteen:¿será verdad? ¿será posible?
Permítanme nombrarles aquellas”vidas” que aportaron un poco de luz a mi tormentoso e interminable existir.
-Arquitecto en Giza durante los tiempos de Keops, Kefren y Micerino.
-Cartógrafo del rey Ki Ku Id en Lagash.
-Guerrero en el nacimiento del imperio Olmeca.
-Conspicuo oyente de Homero en la Grecia antigua.
-Discípulo de Pitágoras en la quijotada de expresar que el mundo era redondo.
-Poeta de la corte en las dinastías chinas Qin y Han, época del comienzo de la muralla.
-Ayudante de Hiparco cuando utilizó la latitud y longitud
-Sirviente de María de Magdala en el año cero.
-Escriba de Estrabón en la elaboración de los diecisiete tomos de su Geografía.
-Caballero del Rey Arturo
-Senador en la Roma de Julio Cesar
-Primer navegante en usar la brújula magnética.
-Comerciante en Chan’an, fabulosa ciudad, con más de un millón de habitantes en el siglo quinto.
-Vikingo en America del Norte, seicientos años antes que el gran Genoves.
-Cruzado en oriente, recuperando la ciudad santa.
-Estratega mongol en la conquista de Asia, bajo las órdenes de Gengis Khan.
-Guía de Marco Polo al llegar a China.
-Marinero de Colón y Magallanes.
-Inca y azteca peleando contra los invasores.
-Un english pilgrim en el viaje del Mary Flower.
-Busqué la Antártida con James Cook.
-Grumete del Beagle junto a Darwin.
-Con Peary y Henson toqué el polo norte.
-Bolchevique fanático en el octubre rojo.
-Periodista del Times en la segunda guerra.
-Colono judío en la fundación del nuevo Israel.
-Fui el slierga nepalí que acompañó a sir Hilary a la cima del Everest.
-En la Sierra maestra soñé con un mundo mejor al lado de Ernesto Guevara.
-Cosmonauta soviético en los años sesenta del siglo veinte.
-Sufrido soldadito argentino en la guerra de Las Malvinas.
-Combatiente de Mandela en la caída del apartheid
-Científico involucrado en la construcción del Hubble. (Quizá tratando de acelerar el encuentro con ELLOS) Y entre medio, cientos más...

III
 
Según mis cálculos, aunque es bastante complicado contar el tiempo con exactitud en un periodo tan extenso, entre el 2009 y el 2012 se tendría que estar cumpliendo el plazo estipulado. Ayer acabé de digitalizar las páginas finales y guardé los chips en dos valijas escondidas en un pequeño sótano que existe bajo el piso de la cocina.
Muchas veces me he preguntado como será la biblioteca galáctica y si en el anaquel (o como se llame) donde depositen los archivos, figurará mi nombre. Creo haberme ganado el crédito por tan inhumana labor. Pero…¿cuál nombre? Use casi trescientos. Confío en que será Keofrenatus, me gusta como suena.
Solo me resta aguardar, quizá ya estén enterados que concluí la asignación y arriben en cualquier momento. Tengo la esperanza que tras marcharse, todo se transforme en mi vida, que la deseada gratificación le de un sentido y terminé mi martirio.
En estos tiempos me llamo William James Hurbertt, trabajo en la biblioteca de la O.N.U en Washington y vivo en el anteúltimo piso de un edificio altísimo. Hoy el cielo está despejado, lo que es realmente atípico por acá. Es verano, el termómetro marca 83° F. En noches así disfruto subir a la terraza. Allí me tiendo sobre una hamaca paraguaya que acomodé entre dos pilones de cemento. Paso horas escudriñando el firmamento. Cualquier punto luminoso que se desplaza, provoca un vuelco en mi corazón. A veces el amanecer me sorprende mirando, buscando…esperando.
 
IV
 
Soy inmensamente feliz. Anoche, 17 de agosto del año 2010, al fin sucedió. Como a las tres y media de la madrugada me chuparon de la terraza. Aparecí en la misma sala azul que había descripto cinco milenios atrás. Eran siete esta vez, como si el acontecimiento poseyera más relevancia. El frío resultaba insoportable y comencé a tiritar emitiendo un sonoro castañeteo de dientes. ELLOS debieron notarlo porque al instante el ambiente se volvió calido y agradable.
Me resultó increíble el hecho que pudiese reconocer a los tres aliens del primer encuentro. Era como si aquellos remotísimos recuerdos hubieran, de repente, accedido al nivel conciente de mi memoria.
Quede sorprendido por la forma en que me saludaron. Sentí olas de energía acariciando mi cuerpo, un indescriptible sentimiento de gratitud y cariño se desprendía de aquellos seres.
Despues de bajar al edificio y buscar los archivos, fui succionado nuevamente. Por unos minutos el más chiquito pareció revisar el material y luego miró al jefe. Intuí que le estaba comunicando algo pues percibí las vibraciones y hasta me pareció comprender algunas palabras.
El eterno líder (más tarde supe que se trataba del Supremo Bibliotecario) se acercó y pasó su brazo sobre mi hombro.
—¡Muchas gracias Keofrenatus! Has realizado un trabajo magnífico. No acostumbro a regalar elogios, pero estamos en presencia de una de las recopilaciones históricas de mejor calidad de los últimos milenios. Te has ganado con creces el premio estipulado. En poco tiempo serás oficialmente nombrado archivero galáctico. Uno de los trabajos mas apetecidos y mejor remunerados en todo el imperio. Deberás trasladarte inmediatamente a Agalazarni, el planeta sede de la biblioteca universal. Si no estoy equivocado, eres el primer habitante de un planeta básico, que accede a tamaña posición —agregó complacido.
No entendía de que carajo estaba hablando, ni me importaba, no era el tipo de reconocimiento que aguardaba y mi expresión se los debe haber dejado bien claro, porque al instante el pequeñín preguntó:
—Te noto poco complacido, a mi me llevo doce mil años alcanzar esa categoría y fue el día mas feliz de mi vida. ¿Es que acaso esperabas mayor premio? No estás obligado a aceptar la designación. Dinos que quieres y serás atendido querido amigo, pero piénsalo bien.
¿Pensarlo bien? Si lo llevaba meditando por siglos enteros. Tantas veces preparé el discurso. Estaba dispuesto a implorarles, a llorar si hacia falta.
Les explique detenidamente las causas que fundamentaban mi decisión. Parecieron no entenderlo.
—No tiene lógica replicaron.
Se desprendió de ELLOS un sentimiento de tristeza que me acongojo. Volvieron a insistir, resaltando la importancia de no desperdiciar mi talento innato.
—Un diamante por pulir, algo excepcional —recalcó el jefe.
Tras unos minutos de suplicas estériles, me negué irrevocablemente. Entonces, me rodearon los siete y apoyaron sus manos derechas sobre mi frente. Comprendí que el movimiento oscilante de cabezas era su despedida.
—Es una pena, teníamos grandes planes para ti, pero tus deseos son ordenes, te vamos a extrañar Keofrenatus —dijo uno corpulento que había pasado desapercibido y sentí un fuerte pinchazo en la nuca, a la vez que me desvanecía.
 
V
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Estoy contento, si hasta la ciudad de Washington me parece hermosa. Comienza la primavera y siento que, después de tantísimo tiempo, puedo oler las flores nuevamente. Sentado en el banco de una plaza, la cristalina sonrisa de un niño me conmueve hasta las lágrimas. La brisa despeina la copa de los árboles creando un susurro melódico, encantador. Un trío de ardillas se pelean por una cáscara de manzana. El mundo no puede ser más bello…
Ocho meses pasaron desde que ELLOS se marcharon complaciendo mi ruego. Desde entonces, me puse de novio con Verónica, una argentina divina. Empecé a correr tres millas todas las mañanas, me compré un cachorro de ovejero alemán y me anoté, junto a mi amor, para cursar cine en Nueva York. Mañana nos marchamos. Hemos planeado huir al sur, una vez terminados los estudios. Dos o tres hijos quizás, un chalecito entre los pinos a la orilla de un lago…
¡Que maravillosa es la vida mis amigos! Mañana cumplo veintisiete abriles…
 
 
 
 
 
 

16 comentarios:

Walter G. Greulach dijo...

Un relatito de ciencia ficción(o algo parecido). Recién salidito del horno. Espero les guste y si no cambien de página.
Sin rencores.
Un abrazo a todos...W.G.G

Ío dijo...

Pues prosigue entonces, que me has dejado inconclusa, como el relato.
Me ha gustado, Gerard, espero más, y pronto, si es posible
Un beso

Ío

Rubén Antolín dijo...

Muy bueno, como todo lo tuyo, un abrazo desde tu tierra: Rubén

Alimontero dijo...

Hola Gerard, que tiempo que no venía....
ESte relato, salidito del horno, me gustó por lo "fresquito"...
y no quiero "cambiar de página" jajajjaa
te dejo mi saludo,

ali

Laurene dijo...

Walter: no sé porqué, esse poema me faz pensar em sua obra e em você. Posto aqui, tirado do fabricioestrada.blogspot.com, espero que goste.

Abs do Lúcio Jr.


Nosotros los Dinosaurios - Charles Bukowski
Nacimos así
en medio de esto
mientras rostros de tiza sonríen
mientras doña muerte ríe
mientras los ascensores se rompen
mientras panoramas políticos se disuelven
mientras el chico del supermercado
termina la Universidad
mientras peces envueltos en petróleo
escupen su aceitosa plegaria
mientras el sol está enmascarado.

Nacimos así
en medio de esto
en medio de guerras prudentemente enloquecidas
en medio del paisaje de fabricas con ventanas
rotas y vacías
en medio de bares en donde la gente ya no habla
en medio de peleas que pasan de los puños a
las armas y a las navajas.

Nacimos en esto
entre hospitales tan caros que es más barato morirse
entre abogados que te cobran tanto, que es más
barato declararse culpable.
En un país donde las cárceles están llenas
y los manicomios cerrados.
En un lugar donde las masas elevan a los ineptos
a la categoría de héroes.

Nacimos en esto
caminamos y vivimos
através de esto
muriendo por esto
mutando por esto
silenciados a causa de esto
castrados,
abusados,
desheredados
por esto,
engañados por esto,
usados por esto,
jodidos por esto,
enloquecidos y enfermos por esto,
convertidos en seres violentos
convertidos en seres inhumanos
por esto.

Los corazones están ennegrecidos
los dedos buscan las gargantas
al revolver
la navaja
a la bomba
los dedos se dirigen hacia un Dios insensible
que no responde.
Los dedos van a la botella
a las pastillas
a la pólvora.
Hemos nacido en medio de esta lastimosa devastación
hemos nacido en medio de un gobierno endeudado
hace 60 años
que pronto no podrá pagar siquiera los intereses
y los bancos arderán
y el dinero no servirá para nada.

Habrá asesinos libres e impunes por las calles
habrá pistolas y mafias oficiales.
La tierra se volverá inútil
los alimentos serán una recompensa que se esfuma.
El poder nuclear estará en manos de la mayoría
explosiones sacudirán la tierra.
Hombres robot afectados por radiaciones
acecharán a otros hombres.
Los ricos y los elegidos observarán
desde plataformas espaciales.
El infierno de Dante parecerá
un juego de niños.
El sol ya no se verá y será siempre noche
los árboles morirán
toda la vegetación morirá
hombres afectados por radiaciones comerán
la carne de otros hombres afectados por radiaciones.

El mar estará contaminado
los lagos y los ríos desaparecerán
la lluvia será el nuevo oro.
Un viento oscuro esparcirá el hedor de
cuerpos putrefactos de hombres y animales
los escasos sobrevivientes serán, asediados
por nuevas y horribles enfermedades.
Y las plataformas espaciales se irán
destruyendo por el desgaste y la
escasez de provisiones
y el simple efecto de la decadencia general.

Y entonces surgirá de eso
el silencio más hermoso
jamás oído
y el sol todavía ahí, oculto
estará esperando el próximo capítulo.-

Laurene dijo...

Leo Noboa é muito bom desenhista. Tem assinatura, como diz o maestro Gerald Thomas. Apresente os desenhos dele ao Gerald (que tb desenha). Noboa ilustrou muito bem seu "Guionista". São desenhos que levam para além do texto, insinuam, comentam. Pena que me esqueci de falar dos desenhos na resenha!

Abraço para ele!

Walter G. Greulach dijo...

Mi estimado Lucio Jr. Un poema conmovedor, por lo crudo y revelador. Me encantó. Gracias por acercármelo y me alegro que disfrutes los dibujos de Leo, sin dudas en un artista con mayúsculas.
Un fuerte abrazo, cuidate...W.G.G

Jacinto Piedras dijo...

Me tenes reatrapado con el cuentito. Muero por saber que fue de la vida del Keofrenatus???
Excelente Gerard!!!

Anónimo dijo...

El guionista de Dios o del diablo, interesante sobre todo sí vemos que fueron extraterrestres los invitantes, creo que la idea es fabulosa, hasta ahora solo hemos visto vampiros inmortales en otras historias, pero un ser elegido para relatar los acontecimientos... ¡Vaya! voy en la tercera entrega y resulta que atrapa el relato. Por cierto gracias por los comentarios a mi propio trabajo muy amable en verdad. Gracias...

Anónimo dijo...

Ah! terminé la historia y creo que en definitiva es linda, la expresión más pura de la sencillez, el todo en las manos de un ser joven, un recién nacido que de vez en cuando recuerda su vida anterior y vive intensamente su juventud, sus abriles...

Al final de cuentas es como la vida misma, uno salta, brinca, da vueltas carnero para lograr objetivos, pero llega el momento en que la vida nos atrae en su sencilla magia de ser familia, ser simplemente felices. BRAVO!!!!!!!

Juan Carlos Eberhardt dijo...

puedo esperar el final ,pero antes quiero desearte una muy feliz navidad
que la pases rodeado de cariño
un gran abrazo

Anónimo dijo...

Muchas gracias, igualmente un abrazo y que estas fechas sean de alegría para vos.

Ender dijo...

Despues de tantos siglos, libre para decidir su destino. Y que grande es la libertad. Yo hubiera elegido la opción que le ofrecían ellos, aunque claro, no llevo a mis espaldas cinco mil años de oficio, jeje. Un gustazo leerlo, Walter.

Walter G. Greulach dijo...

Gracias por los comentarios y mis sinceros deseos de que ustedes tambien tengan un muy buen año...
¡Con todo en el 2010!

Anónimo dijo...

Ando algo ocupada tejiendo algo cálido pero pronto me doy una vuelta por el blog para ver que sucedió, por cierto que ayer vi una película de un hombre que queda conciente durante la práctica operatoria que le realizan para cambiarle el corazón, algo super especial, similar a la catatónia pero que no le impedía oir lo que sucedía a su alrededor y mucho menos sentir, era horrible...
Saludos Walter, un abrazo.

Daniela E. dijo...

Lindo cuento, me tubo entretenida un ratos.
Gracias por subirlo Walter