4/11/12

El Incomprendido (o de como Romeo Ultimó a Julieta)


W.G.G

Los rayos del sol recién nacido iluminaron con desgano la casucha de madera y chapa. Escondiéndose detrás de las montañas de basura el astro rey había evitado, al menos por unos minutos, tener que alumbrar tan desagradable paisaje.

            En la cuadra 8 de la sección 25 de la Villa Misericordiosa un barbado hombre casi en harapos, sumergido en una angustia indescriptible, se despedía de su ser mas preciado. Arrodillado junto el sucio catre de lona, enjuagábase una lágrima con la mano izquierda mientras con la derecha peinaba tiernamente la cabeza de ella.

            Romeo, es mejor que pase sus ultimas horas en una institución especializada, así le evitamos sufrimientos innecesarios le dijo el médico de la clínica con una pose de falsa humanidad.

Él se negó terminantemente e insistió en llevársela a la villa.

A nuestro nidito de amor le explicóallí compartiremos los últimos momentos de vida.

Le pidió unos calmantes para hacer más llevadera su agonía y salió llorando con ella en brazos ante la mirada atónita del personal de la clínica. Un remise lo esperaba en la calle.

            Ahora a la distancia las palabras del profesional  retumbaban en sus oídos: Una enfermedad nerviosa degenerativa, de carácter terminal, le quedan tan solo unos días de vida. 

            A mi también Romeo susurró quedamente.

La vida carecía de sentido sin su Julieta, ya no tenia dudas que el camino a la eternidad lo emprenderían juntos.