23/7/10

EQUI, AÑO 9.873 D.C

     
      El zumbido del único tren aero magnético que aún no había sido desactivado lo despertó, cuando apenas empezaba a amanecer. Circulaba a unos diez metros de su ventana, en el piso 327 del edificio Arterios de la corporación Multiplex. Rara vez este leve sonido había sido suficiente para sacarlo de trance, pero con la excitación acumulada en los meses pasados, hasta el vuelo de un traedros lo ponía en vigilia.
Mientras se preparaba una infusión vitamínica de hierbas rojas, miró con desidia la pequeña pantalla multicromática que indicaba la hora y la fecha: 9:37 - 15 de Octubre del 9.389 D.C. Equi siempre cuestionó esta forma de contar el tiempo tan antigua y desfasada. Por empezar, aquí los días tenian treinta dos horas y el año 483 dias. Ademas, eso de después de cristo era ridículo. El cristianismo, como movimiento religioso, había desaparecido unos tres mil años atrás y lo que resultaba peor aún, el tal Jesus, nunca había pisado la tierra de este planeta.
Sin dudas era mucho más conveniente, empezar la cuenta desde el momento en que el hombre aterrizó en Alfa Épsilon, sería: Año 7.821despues de la llegada. Mejor aún, desde el momento en que el maldito virus infectó al primer ser humano, comenzando el lento e inexorable exterminio de los homínidos. O sea: Año tercero después del contagio…
OTRO DIA LA SIGO...

3 comentarios:

Walter G. Greulach dijo...

Este es el principio de una novela corta que me viene rondando hace rato en la cabeza, por ahora les tiro el comienzo nada más. Un abre boca.

Jacinto Piedras dijo...

Así no se vale, es trampa y ahora como nos enteramos del tal Equi.
Pinta bueno don Walter.

Anónimo dijo...

La historia está interesante, pero no es justo que la corte así..
Rodrigo jauler